Un vistazo al vestuario femenino en los centros vecinos de Suessula y Gricignano.

En la cercana Suessula, situada en el pasaje al sur de la Campania hacia la zona Caudina, las difuntas desde la mitad del siglo VIII a.C. exponían lujosos ajuares funerarios, indicadores de una sociedad fuertemente estructurada en su interior. Particularmente lujoso eran los adornos personales, entre los que hay dos broches de gala y colgantes de bronce.

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Por el contrario, en el corazón de la Campania, las mujeres de la pequeña localidad de Gricignano, que duró no más de 100 años, cuentan historias diferentes: son ricas y poco más que adolescentes; a ellas está reservado un sector específico de la necrópolis, donde están enterradas o incineradas. El ajuar personal es rico pero sobrio. En compensación, es abundante la cerámica de importación griega o colonial, que refleja la relación directa con los colonos griegos establecidos en la costa de la Campania con quien se realizaban relaciones comerciales y a quien se debe también el rito de la incineración.

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La despensa